Giuseppe Orefici, arquitecto y arqueólogo italiano, falleció el 27 de junio de 2025 a los 79 años en Brescia, su ciudad natal. Su muerte causó una profunda conmoción, especialmente en Perú, donde pasó más de cuatro décadas dedicado a rescatar y difundir el legado de la civilización Nazca. Para muchos peruanos, Orefici no fue solo un investigador extranjero, sino un verdadero custodio de su historia ancestral.
De arquitecto a explorador de civilizaciones antiguas
Nacido en Brescia en 1946, Giuseppe Orefici se graduó como arquitecto antes de volcarse de lleno a la arqueología. A partir de 1982, inició una intensa actividad de investigación que lo llevó a trabajar en Perú, Bolivia, Chile, México, Cuba y Nicaragua. Su enfoque combinaba el rigor técnico de la arquitectura con una visión humanista del patrimonio cultural.
Cahuachi: una vida dedicada a la cultura Nazca

Su obra más emblemática fue sin duda Cahuachi, el centro ceremonial de la cultura Nazca. Desde 1984, dirigió allí excavaciones arqueológicas ininterrumpidas durante más de 40 años. Bajo su liderazgo, Cahuachi dejó de ser un nombre olvidado del desierto y se convirtió en un sitio clave para entender el mundo prehispánico peruano.
Gracias a su trabajo, hoy se sabe que Cahuachi es uno de los complejos ceremoniales de adobe más grandes del mundo. Su dedicación permitió poner en valor no solo las estructuras físicas, sino también el profundo simbolismo espiritual y social de la cultura Nazca.
Impulso institucional y difusión cultural
Orefici fundó y dirigió el Museo Antonini en Nazca, un espacio moderno que conecta a la población local con su herencia. También fue director del Centro Italiano Studi e Ricerche Archeologiche Precolombiane (CISRAP), desde donde impulsó múltiples investigaciones interdisciplinarias en la región andina.
Su trabajo no solo fue en Perú: entre 1991 y 1993 y luego en 2011 excavó en la Isla de Pascua, y entre 2007 y 2014 dirigió trabajos en Tiwanaku, Bolivia, reforzando su perfil como uno de los mayores expertos en culturas precolombinas.
Reconocimientos en vida y duelo tras su partida


En 2018, fue galardonado con el Premio de Excelencia Italiana por el Com.It.Es. Perú, en reconocimiento a su destacada labor científica y su compromiso con el patrimonio peruano. Su legado también quedó plasmado en numerosos libros, artículos y exposiciones dedicados a las culturas Nazca y Rapa Nui.
Tras su fallecimiento, el Gobierno de Lima expresó su pesar: “Su pasión por la historia andina deja una huella”. En Nazca, la bandera fue izada a media asta en señal de duelo, un gesto que confirma cuánto Orefici llegó a formar parte de la identidad cultural del país.
Un legado eterno entre Italia y Perú
Giuseppe Orefici fue mucho más que un arqueólogo: fue un puente entre continentes, un embajador de la cultura y un defensor apasionado de las civilizaciones antiguas. Su vida representa un ejemplo de entrega, amor por el conocimiento y respeto por las raíces de la humanidad.
Su nombre quedará para siempre ligado a Cahuachi, pero también al corazón de quienes hoy entienden mejor su pasado gracias a su trabajo.