¿Cómo nace el Banco Italiano del Perú? Para sostener una entidad de este tipo en un país como el Perú, de adversidades económicas y fatigosas recuperaciones, no basta tener espaldas recias, hace falta tenacidad, empuje y una buena dosis de ingenio para no trastabillar.
Nada de eso faltó al Banco Italiano desde su fundación en 1889, época en la que comenzaba a florecer el sistema bancario peruano.
Orígenes del Banco Italiano del Perú
La comunidad italiana, buena parte de la cual estaba concentrada en el Callao, llevaba años labrándose una prosperidad, de lo que eran prueba los boyantes negocios de muchos de sus miembros.
Señalan Emilio Sequi y Enrico Calcagnoli que a raíz de la liquidación de una de las agencias del conocido Banco de Londres, México y América del Sur (constituido en 1863 como filial del London of México y South América), un grupo de emprendedores comerciantes italianos del Callao, con un capital modesto, fundaron en 1877 el Banco del Callao.
Su fundación estableció un importante precedente para el desarrollo posterior de la banca, pero sobre todo dotó a la comunidad italiana de una experiencia invalorable que daría nuevos frutos.
Con el correr de los años, el acelerado crecimiento del comercio y la industria creó entre los italianos la necesidad de formar una nueva entidad de crédito que estableciese mayores contactos con la patria, como reiteradas veces había sugerido el reconocido empresario Leopoldo Bracale en el periódico La Voce d’Italia, que se editaba en Lima. Sus palabras no fueron campanadas sordas; por el contrario, motivaron el primer encuentro de trescientos italianos el 11 de noviembre de 1888 en la sociedad Patratac, al que seguirían muchos otros con la finalidad de echar los cimientos del proyecto.
Luego de numerosas reuniones, de discusiones y propuestas de todo género, el 24 de febrero de 1889 se aprobaron finalmente los estatutos que dieron origen al Banco Italiano teniendo como primer presidente a José Alberto Larco, en cuyo honor una avenida de Miraflores lleva su nombre. La mitad de las acciones fueron suscritas por los socios fundadores con capital nacional y generado por los comerciantes italianos radicados en el país.
¿Dónde se encontraba el Banco Italiano del Perú?
El Banco Italiano del Perú estaba ubicado en un pequeño local alquilado en el número 42 de la calle Mantas, que había pertenecido al antiguo Banco de Lima, y con apenas cinco personas en la planilla, abrió sus puertas el 9 de abril de 1889. De allí en adelante su expansión no se detendría.
A la vuelta de dos décadas el Banco Italiano poseía ya sucursales en Callao, Chincha, Arequipa y Mollendo. Había constituido la Compañía de Seguros Italia y contribuido a la formación de la Compañía Nacional Salinera y la Caja de Depósitos y Consignaciones.
Sin duda fue en los años veinte cuando el banco experimentó su máximo esplendor, se modernizó la administración y se contrataron funcionarios en Italia; el más importante entre ellos era Gino Salocchi, que en 1927 sustituyó a Luis Morelli, un italo-peruano cuyos antepasados habían llegado al Perú a mediados del siglo anterior.
En 1928, el banco abrió su nueva sede en el centro de Lima (Jirón Lampa) en un edificio que fue inaugurado el 21 de abril de 1929, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario del banco, así como con la fecha en que se celebraba en Italia la fundación de la Roma Imperial.
En el ámbito empresarial cooperó con las empresas que necesitaban su ayuda fomentando así el desarrollo agrícola, minero, industrial, comercial y empresarial en beneficio de todo el país. Ésa es la génesis del banco más importante de la colonia italiana. En 1941 adoptó el nombre que hoy lleva: Banco de Crédito del Perú.
Fuentes: Diario El Comercio / “Los italianos en la sociedad peruana” de Giovanni Bonfiglio / BCP Banco de Crédito / Fototeca de la Inmigración Italiana