Giuseppe Garibaldi es una de las figuras más destacadas de la historia italiana, conocido por su impacto no solo en Europa sino también en varios países de Sudamérica. Su paso por el Perú, aunque breve, dejó una huella memorable, especialmente en el encuentro con el célebre escritor peruano Ricardo Palma en una situación inesperada y tumultuosa en el Centro de Lima.
Entre Garibaldi y yo
Ricardo Palma, en su obra «Tradiciones Peruanas», narra en la sección titulada «Entre Garibaldi y yo», un incidente ocurrido en diciembre de 1851. Palma trabajaba entonces como corrector de estilo en el diario «El Correo de Lima». Un día, Giuseppe Garibaldi irrumpió en la oficina del diario, visiblemente enfurecido por un artículo escrito por el periodista francés Carlos Ledos, en el que lo insultaba gravemente.
Garibaldi, lleno de ira, exigió a Palma que le indicara el paradero de Ledos. Aunque a regañadientes, Palma le proporcionó la información necesaria. Carlos Ledos, un comerciante francés y columnista de «El Correo de Lima», había criticado duramente a Garibaldi, describiéndolo como un ignorante y vulgar, un personaje oscuro de las revoluciones europeas.
Bronca en el Centro de Lima
«L’eroe dei due mundi», como se le conoce también a Garibaldi, se dirigió al negocio de Ledos y lo confrontó violentamente, atacándolo con un bastón. Ledos logró defenderse con una regla, y ambos terminaron heridos, con rostros ensangrentados, antes de ser separados por la policía.
El tumulto atrajo a una gran multitud en el Centro de Lima, incluyendo a un atribulado Ricardo Palma, quien se sintió parcialmente responsable por haber revelado la ubicación de Ledos.
Afortunadamente, la intervención del cónsul de Cerdeña, José Canevaro, evitó que Garibaldi fuera encarcelado. Al día siguiente, el diario «El Comercio» publicó una disculpa a Garibaldi por las ofensas recibidas a través de «El Correo de Lima», que había calificado al italiano de asesino.
Este incidente no solo afectó a los individuos involucrados sino que también desató tensiones entre las comunidades italiana y francesa en Lima.
La situación escaló a tal punto que el presidente del Perú, Rufino Echenique, tuvo que intervenir para mediar y calmar las hostilidades entre ambas comunidades.
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